Así que lentamente llego a la conclusión de que todo en esta vida es temporal y pasa por algo, yo te amo; y como te amo te odio... Sí, es extraño pero es así y sólo así, te amo por ser parte de lo mejor de mí, por mis más preciados recuerdos, por aparecerte en mis sueños sin mi consentimiento, por meterte en mi mente sin yo poder evitarlo...
Por ese primer beso, por las caricias, por las palabras que el viento aún no se quiere llevar, y que por el contrario se marcan en mí como tatuajes a la piel, te amo por ese suspiro que inspiras en mí, por esa sonrisa pícara que arrancas de mis labios con sólo pensarte, te amo porque eres tú, porque existes, porque a mi mente, a mi corazón y a mis ilusiones le perteneces, y porque a ellos mismos se les antoja amarte...
Pero te odio, odio el desplante de tu amor, odio la inmadurez de tus actos, odio aquellas palabras que me desarman y me hacen creer una y otra y otra vez, las mismas que amo por lograr sumergirme en el más desquiciado remordimiento. Odio tener que alejarme de ti, odio sentir que me hago daño a tu lado aunque ese daño me provoque más amor, odio los comentarios de terceros que opinan de un sentimiento invisible a sus ojos, odio la distancia entre los dos... Y odio tener tantas razones para odiarte y aun así amarte tanto, odio odiarte con todo mi amor, y amarte y odiarte a la vez...

No hay comentarios:
Publicar un comentario